CONSEJO:

Al ser un diario será más comprensible si se lee desde la primera entrada. Domingo 29 de noviembre 2009
Gracias por vuestra atención

lunes, 14 de diciembre de 2009

Lunes 7 de diciembre 2009



Son las tres y cuarto de la madrugada y estoy sentado en el inodoro, me he despertado, tengo una erosión en el prepucio que me escuece y estoy algo dolorido. Me he dado un poco de vetadine rebajado con un agua en una gasa que he cogido del armario, en el también había una caja de zapatos, son sus trofeos, está llena de calzoncillos y entre ellos el mío de la última visita. Me nos mal que son calzoncillos y no orejas o algo similar. Bueno supongo que todos tenemos manías. También hay una maleta pequeña de fin de semana en la parte baja del armario.



Al final no salimos a cenar. No sé si es que le dio pereza vestirse o se asusto. Lo que si se es que funciona un poco por impulsos, inseguridades creo.
Pedimos una pizza y por fin salí de la habitación. La otra puerta que hay en el recibidor da a un enorme salón con cocina americana incluida. Estaba llena de cajas de cartón cerradas incluyendo el embalaje del lector de Dvd. En la cocina hay un frigorífico de esos de dos puertas que hacen cubitos de hielo como en las pelis.
Después de cenar me vuelve a preguntar si me voy a quedar. Hace tiempo que ya estaba dándole vueltas al tema en mi cabeza. He aceptado pasar también el lunes. Al final llamaré a primera hora para decir que no me encuentro bien. Sé que solo me descontarán el día y Javi, el encargado, me debe bastantes favores.
Desde el baño escucho su profunda respiración, apago la luz y espero a que mis ojos se acostumbren de nuevo a la oscuridad. Vuelvo junto a él, se revuelve desnudo en la cama. Me siento atraído por él y eso me confunde.
Solo espero que mañana, bueno hoy, se lo tome con más calma.



Estamos en la cafetería justo debajo del apartamento, desayunamos chocolate con churros sentados en una mesa junto al escaparate.
Al final me he decidido y le preguntado a que se dedica.
-Bueno, digamos que mi trabajo es el de un alto ejecutivo.- piensa un momento y continúa. –Y tu, ¿a que te dedicas?, o solo trabajas de … bueno solo haces esto.- titubeó.
-No, esto solo es como un complemento al salario mensual. En realidad trabajo en una gran superficie.-
-¿Trabajas en Madrid?- le pregunto y se queda callado, intento tranquilizarle.
-No pasa nada, no soy ningún peligro ni voy a contarle nada a nadie.- sin darme cuenta le agarro la mano sobre la mesa. Instintivamente la retira y mira a su alrededor.
-Perdón, no era mi intención incomodarte.- le digo tras ver su reacción.
-Será mejor que nos vayamos.- se levanta rápidamente parece enfadado.
Le sigo por la acera, pero no estoy seguro si debo seguirle o marcharme. La verdad su reacción me parece desproporcionada.
Entramos en el portal y pasamos por un pasillo hasta los ascensores. Parece que se tranquiliza, se me queda mirando y me besa en el ascensor.
Cuando llegamos al apartamento ya estamos medio desnudos, empujamos la ropa con los pies del suelo del ascensor al recibidor y rápidamente vamos hasta el lecho.
Le noto un poco violento y no me disgusta, siempre que no se pase, en una ocasión ya me toco uno que me devolvió a casa con una paliza y sin cobrar.
Se tumba encima de mi sujetándome las muñecas con ambas manos. Su lengua dentro de mi boca sabe a chocolate. Coloca mis piernas sobre sus hombros y me penetra con fuerza empujado rítmicamente. Mientras lo hace pienso si este es el verdadero Paco o solo está cogiendo confianza.

Saca el pene y se masturba lanzando el semen sobre mi a impulsos como un surtidor. Tiene la cara congestionada se deja caer sobre mi restregándose. Yo solo puedo pensar asustado que no se había puesto preservativo.
Tras unos minutos se levanta y entra en la ducha.

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