martes, 26 de enero de 2010
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Continuación
Me costo trabajo creer que Daniel, que es como se llama, me entrara de esa forma sin tener un sitio donde enrollarnos. Así que no tuve más remedio que llevármelo a la buhardilla.
Por el camino le pregunté por curiosidad, ya que creo que no se me nota, o eso pienso yo.
-¿Por qué me has elegido a mí arriesgándote a…, a no se, al rechazo o lo que es peor a ser descubierto?, con lo machistas que son en el gimnasio. Siempre con la palabra maricón en la boca.-
– Note que me mirabas mucho.- Se encogió de hombros.
Me eche a reír.
-Yo te miraba por que veía que lo hacías tú.- volví a reír. -¿me estas diciendo que en realidad yo te he provocado para hacerlo?-
-Claro, si no llego a ver un interés por tu parte ni me habría molestado.-
Ahora el que reía era él.
-Tomaré nota para ponerlo en práctica, pero esta vez conscientemente claro.-, le digo parándome -aquí es donde vivo.- le invito a entrar con un gesto.
Cuando cerré la puerta de la casa es cuando realmente fui consciente de su situación. ¡Este tío no ha estado con ningún hombre!
Nada más entrar me preguntó por el baño.
-Aquí es.- Esto es tan pequeño que solo tuve que alargar el brazo para empujar la puerta y dejársela abierta.
Me siento en la cama a esperar que salga y cual es mi sorpresa que cuando abre sale en calzoncillos con una erección del quince. Mi gozo en un pozo, con lo que me gusta desnudarlos. Así que me centre en su cuerpo, ahora tenía la posibilidad de mirarlo detenidamente. Fibroso con la línea de vello serpenteando por los abdominales y difuminándose al llegar al vientre, igual que en el vestuario pero en está ocasión con la tienda de campaña montada.
Haya vamos me desvisto lo más rápido que puedo y me aproximo, meto la mano en el calzoncillo, descubro que esta temblando.
Yo, que pensaba que él tomaría las riendas y me fallaría como un loco.
-Joder, esto va a estallar.- me dice con voz cortada.
-Pues ven “paca” y que me estallé en la cara.- digo arrodillándome y quitándole el slip. Siento como palpita y empiezo a juguetear con el miembro.
Tras hacerle una larga mamada le arrastro a la cama donde le dejó que explore mi cuerpo, donde va repitiendo lo que le voy haciendo.
En la vida me he encontrado con alguien que ponga tanto interés.
Estoy tan excitado que estoy deseando que me penetre. Yo mismo me preparó y le doy las indicaciones necesarias.
Fantástico, sin palabras. Pero ahora me toca a mí.
Ahora volvemos a empezar de nuevo.
Tumbados en la cama le pregunto:
-¿La propuesta de entrenar juntos sigue en pie?, por que no se si podré sin tener una erección.-
-Creo que me va a pasar lo mismo.-
-Lo veremos sobre la marcha.- le contesto.
-Vale, pero no volveré a ducharme en el gimnasio si tu apareces.-
-Trato hecho.- sentencié.
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