jueves, 7 de enero de 2010
Sábado 26 de diciembre 2009
La jornada de trabajo fue bastante tranquila. La gente no esta para bricolaje el día después de navidad.
Encontré una ocasión para hablar con Javi sobre los cambios. Su respuesta fue.
-Lo hablaremos más tarde, en el descanso me buscas.- me dijo mientras miraba un montón de albaranes que tenía en las manos, perdiéndose por los pasillos.
A eso de la once le busque por las secciones. Estaba subido a un camión revisando la carga. Al verme llegar me hizo un gesto alargándome uno de los albaranes.
-Revisa que es correcto y nos vamos para mi oficina.- me señalo unos palets de cajas que por lo que pude comprobar eran lámparas de esas de la tulipa de pasta imitación a Tifanys.
Ya en la puerta de la oficina pasamos dentro y cerró. En realidad era una caseta de obra habilitada como oficina situada en la zona de carga y descarga.
-Es por lo del cambio de turno, me imagino.- dijo antes de que yo empezara.
Unos días antes se lo había comentado para que se lo fuera pensando.
-Si, bueno, más que un cambio de turno es un cambio de días.- me senté expectante en una de las sillas raídas que tenía delante de su mesa.
-Pues dime.- dijo soltando los papeles.
-El cambio serían los días veintiocho y veintinueve de diciembre por el día dos y cuatro de enero.- Se lo dije del tirón temiendo que me interrumpiera.
-Vamos a ver, con el sábado día dos no hay problema por que tengo otro cambio y te pueden sustituir pero el día cuatro, es lunes y semana de reyes. Si te lo diera, tendrías que entrar de turno de tarde el resto de la semana.- Tamborileó sobre la mesa como dándome la entrada.
-Me parece bien, no me importa estar de tarde unos días.- dije después de pensarlo un momento.
-Muy bien pues ahora quiero comentarte que el incidente de la cena del otro día ha llegado hasta dirección, no se quien lo ha dicho, aunque me lo imagino. Así que ten cuidado por que Jorge se lleva muy bien con alguno de ellos y tengo entendido que a mediados de enero te cumple el contrato. Por si acaso ten cuidado por que estás en el ojo de mira.- se levantó dando por terminada la conversación.
Me levanté y salimos juntos a la zona de carga.
-Ahora vete a comer el bocata o lo que hayas traído.- se marchó de nuevo en dirección al siguiente camión.
Había ocurrido lo que me temía pero era inevitable, ahora tendría que andar con pies de plomo.
Contento como unas castañuelas me fui a la sala de descanso.
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